Miércoles 30 de Junio de 2010. Empezamos el mes de Junio con nuestra salida a Teror y ahora lo concluimos con ésta última salida fotográfica, ha sido un mes cargado de trabajo lo que ha imposibilitado alguna que otra salida mas para lo que en nosotros es habitual.
El mismo trabajo que ha impedido mas salidas ha sido origen de ésta y nos lleva a los alrededores de Santa María de Guía, en el Norte de Gran Canaria. No se tenía muy claro el lugar de destino y esto hizo que nos pasásemos de largo pero a la vez nos descubrió una pequeña ermita pérdida en medio del monte, en lo alto de una loma y donde el sol dejaba sobre su fachada unos rayos de luz que se colaban entre las nubes.
Después de terminar la obligada visita y dejar resuelto el trabajo (quedará en el recuerdo la anécdota de los hermanos que se asustaron por verme merodear su casa con la cámara en ristre), volvemos al lugar de la ermita para iniciar nuestro asalto fotográfico.
La imagen de la ermita solitaria unida a la de un viejo camino de piedra que llevaba hasta ella y a la de un árbol seco que dejaba un tronco de aspecto algo tétrico, daban al paraje cierto misterio.
Al terminar el camino de piedra nos esperaban unos pocos escalones que nos dejaban a la altura de la pequeña ermita.
Como únicos elementos aparentes de la ermita estaban su cruz y su campana, para la siguiente foto centré mi atención en ellos.
De regreso, el paisaje en el descenso se dejaba entrever entre las ramas y troncos de los árboles.
Por la zona en la que nos encontrábamos decidimos terminar la tarde en Agaete y disfrutar de un atardecer en este típico pueblo pesquero del noroeste de la isla. Pero la tarde se tornó oscura y la conocida "panza de burro" se instaló en toda la zona norte de la isla cubriendo parcialmente Agaete.
Con la poca luz que había, puede aprovechar para cerrar la apertura al máximo que el objetivo me permitía consiguiendo así un tiempo de exposicón próximo a un segundo y con ello registrar un pequeño efecto seda.
Las densas nubes que cubrian gran parte del cielo dejaban una pequeña franja anaranjada entre ellas y el horizonte.
Sobre dicha franja y como si de un carril de luz se tratase la figura del ferry procedente de Tenerife se presentaba sobre ella siguiendo su recorrido, su destino el puerto de Agaete.
Para terminar, las luces del paseo de Agaete nos despiden a la vez que invitan a los lugareños y visitantes a pasear al fresco de la noche y a la brisa del mar.
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